domingo, junio 15, 2008

80 años no son nada

¿Qué decir para felicitarte en tus 80 cumpleaños? Pienso que te gustaría saber cuanto hemos avanzado en la sociedad justa que soñaste.

Te cuento:
Cuando manos asesinas dispararon sin mirarte a los ojos, en la escuelita de la Higuera, en Bolivia, se produjo tu gran nacimiento porque a partir de ese momento se enaltecieron las multitudes y tu imagen guerrillera tomó los carteles, para convertirte en mito.


Los cubanos no te hemos dejado morir y buscamos en tu vida y obra, los cimientos para emprender la construcción de un sistema social justo y fuerte. Este proyecto humano ha adolecido por no seguir el mismo ritmo intenso todo el tiempo, tenemos un imperialismo muy cerca geográficamente y a su vez ha faltado tesón para entregarnos a una obra humana digna pero desconocida.

No obstante te puedo mencionar algunos logros: Absolutamente todos los niños cubanos van a la escuela; tenemos un profesor de educación física por cada 80 alumnos; el ciento por ciento de los maestros y médicos tienen empleo; al desertor escolar se le visita para reincorporarlo y se le paga un salario para estudiar; se abrieron sedes universitarias municipales respondiendo a las necesidades profesionales de cada territorio; se incita a los profesionales para que obtengan grados académicos como másters y doctores.

La población goza de garantías para la maternidad, el índice de mortalidad infantil y de muerte maternas son comparados con países desarrollados; se inmunizan a los recién nacidos contra más de 12 enfermedades; la tasa de infestados por el SIDA y otras enfermedades son de las más bajas en el mundo ; absolutamente todos los cubanos visitan las consultas médicas en instituciones gubernamentales sin pagar un centavo, tampoco abonan los costos hospitalarios ni los exámenes especializados, ni los tratamientos quirúrgicos, quimioterapeúticos ó radioterapeúticos.

En el sistema electoral se vota a partir de los 16 años y se ha conquistado el lugar de la mujer con una alta proporción dentro del parlamento; las urnas son custodiadas por los pioneros y no por fuerzas militares y represivas; se elige por méritos alcanzados en la actividad laboral, estudiantil o en la defensa y no por posición partidista; no se realizan campañas millonarias por los medios de comunicación masiva y tampoco se desprestigia a los candidatos como forma de obtener votos.

Si de cultura hablamos debemos reconocer la existencia de más de seis orquestas sinfónicas (igual a Francia ); la expansión del arte hacia los poblados rurales con puestas teatrales en las montañas; el fomento del hábito de la lectura como una forma de sana de recreación; la invasión de las artes visuales con la apertura de telecentros y emisoras comunitarias a lo largo de la geografía cubana; el disfrute de espectáculos con giras artísticas por todo el país incluida las prisiones; no se transmite pornografía por televisión y no se incita al juego como el tragamonedas, el bingo, la lotería o el hipódromo.

El gran mérito de los cubanos se ha cultivado en la arena internacional, porque nuestros médicos y maestros laboran, con todo altruismo, en todo el mundo siguiendo el principio del internacionalismo proletario. En las Naciones Unidas hemos defendido nuestra libertad e independencia y a su vez hemos condenado las acciones del imperio y sus secuaces cuando introducen sus garras colonizadoras en países tercermundistas. Nuestra bandera ha sido izada en los podios de las competencias deportivas a nivel mundial y nuestro himno ha sido entonado por atletas de varias generaciones.

El 50 por ciento de los que vivimos en Cuba te conocemos por testimonios, fotografías y materiales fílmicos, no queremos canonizarte pero si deseamos convertir tu ejemplo en guía para el camino que hemos de transitar.

No te invocamos, te amamos.

No te rezamos, te estudiamos.

No pedimos milagros en tu nombre, investigamos tu actuar para forjar un camino.

No te recordamos como muerto, sino como memoria viva. No juramos por tu persona, trabajamos con la inspiración de tu ejemplo.

No lloramos tu muerte porque eres ya un vivo entre los vivos.

Déjame, entonces, no decirte "Comandante", ni Ernesto Guevara , quiero apodarte Che, como un amigo.


Nuria Barboza
Cuba